febrero 7, 2025

Crónica OVNI

Así recogió la prensa los avistamientos OVNI

Episodio 11: El Caso del Platillo Volador en el Cielo de Monterrey

Hoy viajamos a la industriosa ciudad de Monterrey, Nuevo León, un lugar de montañas imponentes y cielos despejados, donde, el 11 de septiembre de 1965, un evento extraordinario dejó a miles de personas con los ojos puestos en el cielo y el corazón latiendo aceleradamente.

Era una noche tranquila, como cualquier otra, cuando algo inesperado apareció en el firmamento. Alrededor de las 8:00 de la noche, un objeto luminoso de forma circular se hizo visible en el cielo al suroeste de la ciudad, justo sobre las serranías de la Huasteca. Su luz amarillenta, brillante e hipnotizante, llamó la atención de los residentes que miraban al cielo con incredulidad. Al principio, algunos pensaron que se trataba de un simple globo cautivo, tal vez una publicidad luminosa o parte de algún evento en la ciudad.

Pero pronto se dieron cuenta de que no era así. La intensidad de su luz, el resplandor que irradiaba y su tamaño, claramente visible incluso a gran distancia, eran algo fuera de lo común. La altura a la que se encontraba, sumada a los destellos que proyectaba sobre el cielo, no coincidía con nada que la gente hubiera visto antes.

A medida que el tiempo pasaba, más y más personas se detenían en las calles, señalando al cielo y comentando entre sí lo que estaban viendo. Durante media hora, el objeto permaneció inmóvil, como si observase a la ciudad desde las alturas. Los testigos, en su mayoría personas de reputación intachable, describían el objeto como perfectamente circular, un disco que resplandecía con una luz amarillenta que iluminaba la oscuridad.

La noticia comenzó a correr como pólvora. Las redacciones de los periódicos locales recibieron una oleada de llamadas de ciudadanos que querían confirmar si alguien más estaba viendo lo mismo. Todos compartían la misma sensación: aquello que brillaba en el cielo no se parecía a nada conocido.

A las 8:30 de la noche, el platillo volador emitió un último destello, aún más intenso que los anteriores, como si estuviera preparándose para partir. Lentamente, comenzó a elevarse, alejándose de las montañas que habían sido su escenario durante esos minutos eternos. Y entonces, en un movimiento rápido y preciso, el objeto emprendió una vertiginosa carrera rumbo al norte, acelerando hasta desaparecer en el horizonte, dejando a la multitud en silencio y con una mezcla de asombro y desconcierto.

Los testigos, miles de ellos, quedaron perplejos. ¿Qué acababan de ver? ¿Era realmente un “platillo volador”, como aquellos que solo habían escuchado mencionar en rumores y revistas de ciencia ficción? Las conjeturas empezaron a volar. Aquellos que vieron el fenómeno describieron su experiencia como algo extraordinario, y la ciudad de Monterrey quedó marcada por este enigmático avistamiento.

Al día siguiente, el tema fue el principal protagonista de las conversaciones en cafés, tiendas y calles. El evento había dejado una huella en la ciudad, y aquellos que lo presenciaron no podían sacarse de la cabeza el recuerdo de ese disco luminoso en el cielo, que había permanecido inmóvil como si estuviera observando a todos desde las alturas.

La historia fue publicada en El Informador el 14 de septiembre de 1965, confirmando que lo sucedido no era solo un rumor, sino un fenómeno que había captado la atención de miles de personas en Monterrey. La falta de explicaciones y la naturaleza inexplicable del objeto dejaron a todos con una pregunta latente: ¿Qué fue lo que realmente vieron aquella noche?

Aquella aparición dejó una profunda impresión en los testigos y se convirtió en uno de los avistamientos OVNI más recordados de la región. Hasta el día de hoy, el misterio sigue sin resolverse, y el platillo volador que cruzó el cielo de Monterrey permanece como un enigma en la historia de los fenómenos inexplicables.